Mario Crespo | 21 de agosto de 2021
En esta segunda parte del viaje seguimos por Europa, de Inglaterra hasta Italia, y nos adentramos en el continente americano de la mano de un best seller y del agente secreto más famoso del cine.
En los destinos de esta guía están permitidas las alpargatas, como le gusta a Enrique García-Máiquez, y se recomiendan encarecidamente los trajes de seersucker. Hay ballenas, espías, vespas, casetas de playa y papiros misteriosos. Y los lectores de Podría ser peor están invitados a un cóctel de bienvenida. Sírvanse.
El planteamiento de esta novela, publicada en 1931, lo definió su autor con gran transparencia: “Sucedió estando de vacaciones en la población costera de Bognor, donde solíamos bajar al paseo marítimo para ver pasar a la gente. Mientras observaba aquel interminable río de personas, elegí algunas familias al azar e imaginé cómo serían sus vidas […] Me entró entones el gusanillo de coger una familia cualquiera de aquellas y construir una historia imaginaria sobre sus vacaciones junto al mar”. Y eligió para su propósito una familia inglesa prototípica de clase media, los Stevens, compuesta por padre, madre y tres hijos: Dick, Mary y Ernie.
Su destino vacacional es la ciudad-balneario de Bognor Regis, al Sur de Inglaterra, en Sussex: playas de agua fría llenas de casetas de madera, un “pier” del XIX, veraneantes de educación exquisita (las décadas, me temo, han transformado bastante al turista playero inglés), amores de verano y copitas de oporto al atardecer. Con momentos de humor irónico que recuerdan al Guillermo Brown de Richmald Crompton, y otros, más sentimentales, que se acercan al mejor James Hilton, La quincena de septiembre es una historia muy humana, llena de vida, a pesar de que en su trama sucedan pocas cosas, y deja al veraneante, digo, al lector, con la sensación agradable y melancólica que produce siempre el final de unas vacaciones. Publicado por Palabra.
La quincena de septiembre
R.C. Sherriff
Editorial Palabra
368 páginas
2015
19,90€
Un cuento de hadas lleno de gracia, una fábula sobre el amor, el deber y la lealtad; una historia que solo podría ambientarse en Roma y en verano, o que, al menos, habría sido distinta si se ambientase en otro lugar y en otra estación. Zambullirse en la historia de la princesa Ann, Audrey Hepburn, y del ingenioso periodista Joe Bradley, Gregory Peck, es una de las mejores actividades veraniegas que existen. (Dicen que a Cary Grant le ofrecieron el guion antes que a Peck, y quizás la película habría sido mejor, pero entonces sería otra película, y a mí me gusta tal y como es). Está en Prime Video.
¿Dónde hay que firmar para pasar las vacaciones en una expedición arqueológica en medio de paisajes bellísimos e inhóspitos, desde la superficie turquesa del lago Powell hasta las últimas estribaciones de las Rocosas, en busca de una legendaria ciudad perdida? ¿Y si añadimos que en la partida va un chef italiano capaz de preparar auténticas maravillas –«codorniz braseada al coñac y ahumada a la manzana con pomelos y hojas secas de ruca», por ejemplo- con un escueto hornillo de gas?
Douglas Preston y Lincoln Child, maestros del entretenimiento químicamente puro, se inspiran en el mito de Quiviria, una ciudad que buscó y nunca encontró el español Francisco Vázquez de Coronado, y lo convierten en un trepidante thriller arqueológico ambientado en la actualidad. Con una parte de documentación seria –sobre la cultura asanazi, las expediciones españolas o las técnicas arqueológicas actuales, por ejemplo- y una dosis más que generosa de imaginación, que incluye elementos sobrenaturales, los dos escritores han logrado una novela juguetona, siempre en el límite de lo verosímil, ideal para quien busque reconciliarse con esa literatura que, sencillamente, divierte. Publicada en España por Debolsillo (Penguin).
La ciudad sagrada
Preston & Child
Editorial Debolsillo
496 páginas
2021
8,50€
Aunque Fleming concibió la saga de James Bond en Jamaica, para este verano propongo ir un poco más al norte, sobrevolando Cuba, sin salir del Caribe. Pero la historia, claro, comienza en Londres, donde un 007 algo perjudicado por su afición al alcohol y al tabaco recibe de M un encargo diferente: pasar un tiempo en una clínica de reposo a las afueras de Londres, a dieta, sin probar ni un Martini. Ya en plena forma, es enviado a Bahamas para investigar las turbias actividades de la organización SPECTRE.
Allí, Bond encuentra lo de siempre: buena vida, mucha acción, una chica espectacular (Dominetta Vitali, Domino) y un regreso inevitable a los malos hábitos. Aunque a Fleming no le gustaba especialmente este libro, que fue concebido expresamente para su adaptación al cine, a mí me parece uno de los más divertidos, hedonistas y vacacionales de la serie. La película salió en 1965, con Sean Connery como protagonista, y es tan buena como el libro, por lo menos. A falta de buenas ediciones recientes, se puede recurrir a las siempre socorridas librerías de viejo.
James Bond: Operación Trueno
Ian Fleming
Editorial RBA
352 páginas
1999
8€
«Una familia, un corazón, una acción, un objetivo»: no es un slogan corporativo, sino el viejo motto de la tribu de los lamaleranos, que habita en una isla de Indonesia y que vivió completamente aislada hasta hace un par de décadas. Dedicados a la caza de cachalotes con arpones de bambú, en la cuerda floja que separa la tradición y la modernidad, los lamaleranos son muy distintos de nosotros y, al mismo tiempo, se parecen mucho. Devoré esta crónica periodística, o ensayo de antropología, ¡o novela de aventuras!, con un apetito que hacía tiempo que no me provocaba un libro de no ficción. Publicado por Libros del Asteroide.
Los últimos balleneros
Doug Bock Clark
Libros del Asteroide
440 páginas
2021
24,95€
Para guiarnos por la tierra de los faraones podría haber elegido a Agatha Christie y a su Poirot, por ejemplo, pero esta vez toca tebeo: El misterio de la gran pirámide (1950), un díptico de dos álbumes de la serie Blake y Mortimer, comienza en El Cairo contemporáneo, con conexiones constantes con el siglo III a.C. Un misterioso papiro, atribuido al Manetón, del siglo III a. C., desvela la existencia de una cámara secreta en una de las pirámides. Discípulo de Hergé, lector de Sherlock Holmes y aficionado a la ciencia ficción y la arqueología, Edgar P. Jacobs logró con esta historia una de las cumbres del tebeo francobelga, de esa línea clara que debería inspirar el trazo de nuestros veranos. El díptico (tomo uno y tomo dos) está editado en español por Norma Editorial.
El misterio de la gran pirámide(I) y (II)
Edgar P. Jacobs
Norma Editorial
56 páginas
14€
Un viaje por cuatro continentes para recordar relatos de Stephen King, la Costa Azul de Grace Kelly o un guiño a los clásicos de Julio Verne.
Descorchamos buenos vinos en compañía de Roger Scruton, Stanley Kramer y Alfred Hitchcock, entre otros.